miércoles, 5 de septiembre de 2007

Carta abierta a Mariano

Estimado Mariano:

A unos meses de las elecciones la situación en la que se encuentra el PP, a nuestro juicio, es de extrema gravedad. Tu situación en las encuestas, en la valoración de líderes, y el clima que se respira fuera de nuestras sedes, hace pensar que volverás a perder las elecciones generales frente a un candidato socialista que no debería suponer un gran problema. Con estos mimbres, debemos pensar que el problema lo tenemos nosotros. Los últimos años han supuesto una entrega de la estructura y el discurso del partido a los líderes más escorados a la derecha, lo que ha provocado que el electorado de centro esté dándonos la espalda sin remedio, aunque muchos no quieran verlo. Después de quemar las naves en Navarra para hacer llegar el mensaje de que los socialistas eran un peligro, hemos terminado mendigándoles su abstención para que Miguel Sánz pudiese gobernar. Nuestra postura en materia de terrorismo solo ha sido entendida por los nuestros, y ha terminado de escandalizar a los votantes más moderados. Igual que en lo referente a la Educación para la Ciudadanía, donde los colegios católicos nos han abandonado a nuestra suerte. Escuchar cómo desde la Cope se insulta y amenaza a los directores de esos colegios es la imagen que mejor retrata el fracaso de una estrategia que nunca debió llevarse a cabo. Pero todavía estamos a tiempo. Un cambio en el candidato a la presidencia podría ser el revulsivo que muchos votantes necesitan para recuperar la confianza en el PP. Tanto Rodrigo Rato como Gallardón podrían enderezar el rumbo del partido, hacia el centro, para poder aspirar a recuperar el poder. Es la única manera y muchos estamos hartos de ver todos los días unas formas y un discurso que nos colocan en la radicalidad y no en la línea institucional que el partido necesita. Es la hora Mariano Rajoy. O te vas o me voy.

La triple entente



Los señores de los flancos, con permiso de Mariano Rajoy (en el centro, no político) son los que van a llevarnos al desastre electoral. Tiempo al tiempo si no se rectifica.